Pocas personas han transformado la manera en que experimentamos el vino como lo ha hecho Greg Lambrecht. Como inventor de Coravin, revolucionó la forma en que degustamos y disfrutamos los grandes vinos, permitiendo abrir botellas que de otro modo habrían permanecido selladas durante décadas.
Desde abrir puertas a catas privadas hasta acceder a algunos de los vinos más raros del mundo, el avance de Greg le ha permitido disfrutar de vinos extraordinarios que antes parecían inalcanzables, explorando el mundo del vino de maneras que la mayoría de los amantes del vino solo pueden soñar.
La Bodega Inglenook
Recientemente, Greg tuvo la oportunidad de visitar Inglenook, una bodega fundada en 1879 por el capitán finlandés Gustave Niebaum, ubicada en el Rutherford Bench de Napa Valley.
Conocida por su rica historia y vinos excepcionales, Inglenook nació del sueño de Niebaum de crear vinos estadounidenses que pudieran rivalizar con los mejores de Europa. El terroir de la finca resultó perfecto para cumplir con esta ambición.
Una historia de excelenciaLa historia de Inglenook puede describirse como una de ambición, crecimiento y restauración. Tras la muerte de Niebaum, su sobrino nieto, John Daniel Jr., asumió el control en 1939, llevando a la bodega a nuevas alturas y reconocimiento global. Sin embargo, cambios en la propiedad llevaron a una disminución en la calidad, generando incertidumbre sobre el futuro de la finca hasta la década de 1960.
El Renacimiento de Coppola
En 1975, el legendario cineasta Francis Ford Coppola, junto a su esposa Eleanor, compraron parte de la finca Inglenook con la determinación de restaurar su legado. Durante las siguientes décadas, Coppola se dedicó a reunir y restaurar la propiedad, impulsado por la misma pasión y atención al detalle que caracterizan su cine. En 2011, la familia Coppola logró recuperar toda la finca, que hoy en día sigue siendo una de las pocas propiedades vinícolas grandes y familiares en Estados Unidos.
Una visita inolvidable
La visita de Greg a Inglenook fue una que realmente capturó su corazón:
"He tenido la suerte de probar algunos de los vinos de Inglenook de la década de 1950, y al igual que ellos, esta visita no me decepcionó"
El recorrido lo llevó por la finca, comenzando en el pintoresco patio con vistas al Rutherford Bench. Luego exploró las históricas cuevas, donde quedó impresionado por las mejoras realizadas por Coppola:
"Ha logrado preservar el estilo original de la bodega mientras añadía el mejor bar de café en Napa."
Catas Especiales con Coravin
Durante la visita, Greg también tuvo la oportunidad de degustar un Niebaum Coppola Rubicon de 1999, servido sin esfuerzo con Coravin. Este vino complejo reveló capas de grosella, mora, tierra, ciruela y roble cedro, todas preservadas gracias a la tecnología de Coravin.
Inglenook, con su rica historia y compromiso con la excelencia, es solo una de las muchas bodegas destacadas que confían en el poder de Coravin para enriquecer la experiencia del vino. Al permitir que los invitados disfruten de vinos en su punto máximo sin comprometer la calidad, Coravin ayuda a bodegas como Inglenook a mostrar sus mejores selecciones a los amantes del vino, asegurándose de que cada botella se disfrute en todo su esplendor.
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